El Espejo de los Secretos: Una Historia de Ingenio y Justa Venganza

 


En un pequeño hogar donde el humor y la astucia parecĂ­an ser parte del menĂș diario, una pareja enfrentaba un particular tira y afloja sobre el dinero. Todo comenzĂł con una simple peticiĂłn de la esposa: necesitaba dinero para comprar leche para los niños. Pero el marido, con un gesto de superioridad y cierto aire de burla, ideĂł un ingenioso truco que creĂ­a infalible.

Con un billete de 100 dĂłlares en la mano, la llevĂł frente a un espejo y dijo:
—¿Ves el billete que está en el espejo?
—Sí, lo veo —respondió ella.
—¡Ese billete es tuyo! El que tengo en la mano es mío.

Satisfecho con su juego, el hombre se marchĂł, dejando a su esposa con las manos vacĂ­as. Sin embargo, este no fue un evento aislado; dĂ­a tras dĂ­a, repetĂ­a el mismo truco, creyendo que habĂ­a encontrado la forma perfecta de evadir sus responsabilidades sin enfrentar consecuencias.

Hasta que un dĂ­a todo cambiĂł.

Cuando el hombre regresĂł a casa, se encontrĂł con la mesa repleta de exquisiteces: queso, jamĂłn, y hasta cortes de carne que parecĂ­an sacados de un banquete real. Intrigado y un tanto alarmado, preguntĂł:
—¿De dónde salió todo esto?

Su esposa, con una sonrisa de satisfacciĂłn, lo llevĂł frente al mismo espejo y, con una tranquilidad desarmante, se levantĂł el vestido y se bajĂł los calzones.
—¿Ves eso que está en el espejo?
—Sí
 —respondiĂł Ă©l, sin entender del todo.
—¡Ese es tuyo! Y ESTE
 —dijo señalĂĄndose— es del carnicero.

La lecciĂłn era clara: lo que das es lo que recibes, y no hay truco que funcione contra una mente astuta y determinada.

Moraleja: Nunca subestimes la creatividad de alguien que busca justicia
 ¡porque podría usar tu propio juego en tu contra!