La ternura (y la sorpresa) de un marido al teléfono: una historia hilarante

 


Las relaciones están llenas de momentos únicos, y a veces, también de situaciones que nos sacan una carcajada inesperada. Esta historia ilustra cómo un marido cariñoso, y aparentemente romántico, puede dar un giro sorprendente con una llamada telefónica.

El dulce comienzo

Imagina esta escena: un hombre llama a su casa con una voz tan dulce que derrite corazones. Su tono cariñoso y atento parece digno de una película romántica.

—Hola, mi reina... ¿Cómo estás, mi amor? —pregunta con ternura.
—¡Muy bien! —responde una voz femenina llena de alegría.

El marido sigue con preguntas afectuosas:
—¿Los niños están bien?
—Sí, amor, están de lo mejor.
—¿Desayunaron ya?
—Claro, desayunaron muy bien.

Con cada respuesta, el tono del hombre se vuelve más emocionado. Y cuando escucha que el almuerzo será su plato favorito, lomo a la pimienta, no puede contenerse:
—¡Mi plato preferido! ¡Te adoro, divina!

El momento candente

La conversación toma un giro más picante cuando él, con una voz traviesa, sugiere:
—¿Te pondrás esa tanguita de hilo dental que me vuelve loco esta noche?

La respuesta de su interlocutora no decepciona:
—Como tú mandes, dulzura. Sabes que siempre me gusta complacerte.

Hasta este punto, todo parece un idilio romántico sacado de un cuento de hadas. Pero, como en las mejores historias, llega el inesperado giro.



La gran revelación

Después de tantos elogios y palabras amorosas, el hombre termina con:
—Bueno, amorcito, pásame a mi esposa un momentito, ¿sí?

De inmediato, la voz al otro lado grita:
—¡PATRONAAAAA! ¡La llama el Ingeniero!

Reflexión final

Esta historia, cargada de humor, muestra que las apariencias pueden ser engañosas y que incluso en los momentos más tiernos puede haber un giro hilarante.