Un Encuentro que Cambió Dos Vidas: Una Lección de Amor y Esperanza


Un padre rico y su hijo fueron de compras a un caro centro comercial. En su camino de regreso a su coche, un pobre chico se les acercó. Él lloró.

"¡Por favor ayúdeme señor! No tengo más ropa que ponerme"

El padre rico echó una mirada al pobre chico y sintió compasión por él. Su ropa estaba rasgada y desmenuzada.

"¿Cuántos años tienes, niño? "le preguntó.

"Tengo diez años, señor", respondió.

Entonces el padre rico dijo.

"Bueno, mi hijo también tiene diez años, y presumo que su nueva ropa te quedaría bien"

El padre recurrió a su hijo de aspecto elegante.

"Jeff, ¿no crees que sería generoso de tu parte dar algo de tu ropa nueva que hemos comprado? Todavía podríamos venir de compras mañana"

El chico susurró.

"Está bien, papá"

El padre rico abrió su bolsa de compras y sacó algunas ropas que le entregó al pobre chico. Su cara se iluminó de emoción.

Entonces el padre preguntó.

"¿Puedo saber dónde vives? "

El pobre chico respondió.

"Vivo debajo del puente, justo al final de la calle"

Expresó su profunda gratitud, y observó al padre y a su hijo mientras entraban en su coche y se alejaban.

Tres meses después, el padre rico condujo por la calle buscando al pobre chico debajo del puente. Cuando lo encontró, lo llevó al coche y sacó cajas de ropa, zapatos, bolsas y juguetes. Él dijo.

"Son las pertenencias de mi hijo pero te las doy todas ahora"

El pobre chico se sorprendió y no podía dejar de llorar. Él dijo.

"¿Pero qué hay de tu hijo? ¿Ya no los necesitaría más? "

El padre rico pronunció.

"No, porque ahora está en el cielo. Mi hijo murió hace unas semanas de cáncer terminal. Había vivido con cáncer durante tres años, y habíamos sabido todo el tiempo que iba a morir, así que era emocionalmente muy difícil verlo entrar en los últimos días de la vida. Sabes que en su lecho de muerte, Jeff me dijo "papá cuando finalmente me haya ido, ¿podrías darle todas mis pertenencias al pobre chico que conocimos fuera del centro comercial? El chico que no tiene nada, usa trapos y duerme debajo del puente".

El padre se detuvo por un momento, con lágrimas en los ojos, concluyó.

"Puede que seas pobre, pero no tienes idea de lo bendecido que eres por tener vida, algo que el dinero no puede comprar. Podría haber comprado cien vidas para mi hijo si hubiera sido posible, pero eso es imposible.

El señor y su esposa adoptaron al niño y le dieron el amor que la vida le había negado. ( Seguramente Jeff desde " el más allá " se sentía feliz de haber compartido su familia y el amor de la misma con otro niño al cual la vida se la había negado )

Así es la vida. Muchas veces comparamos nuestras vidas con otras, olvidando que la vida no viene con la perfección, razón por la que todo el mundo pasa por momentos difíciles.

Moraleja:

Mientras haya vida, hay esperanza.