En una familia acomodada tenían una sirvienta joven y nada fea, se llamaba Carmen y desde un principio ella se ganó el afecto y la confianza sobre todo del señor de la casa. No había cosa que el señor pidiera que Carmen no estuviera dispuesta a hacerla de inmediato.
_ ¿ Donde están mis pantalones negros? no los encuentro
Y ya estaba Carmen junto a él con los pantalones en la mano.
_ ¿ Quien demonios me cambió la carpeta café del lugar donde la tenía ?
Y ya estaba Carmen con la carpeta en la mano entregándosela
Eso no quiere decir que a la señora la desatendiera, ¡ NO! Carmen era la mil usos, y se las arreglaba para tener contentos a todos.
_¡ Carmen !
_Si señora…
_ Vaya con mi marido y dígale que quiero que me mande la computadora y la clave
_ Señora, lo de la computadora se lo digo, pero su marido me clava cuando nosotros queremos, no cuando usted diga.
Moraleja:
Señoras aprendan los sinónimos y eviten contrariedades como esa. Mejor dígale a su " Carmen " que le pida la combinación ¿ ok ? así no se queda sin marido y sin " Carmen " .